jueves, 19 de junio de 2014

18 años es mucho ser conscientes de que tienes una familia y si te faltara no serías apenas nada.
Es mucho tiempo perdido, mucho para empezar a darte cuenta de que los "te quieros" nunca están demás, y que cualquiera puede ser el último.
Nunca me he aferrado a mi familia, apenas contaba nada, y ahora tras grandes golpes, tras grandes faltas, me doy cuenta de que me he equivocado completamente, y que ese tiempo no lo puedo recuperar, da rabia. Da rabia que solo pueda aprovechar el que me queda, cuando podría haberles hecho más felices, y a mí también.
Cada vez que veo o hablo con mis abuelas, me arrepiento cada día más de no haber estado como estoy ahora con ellas, y es difícil, porque son abuelas, y lo mismo mañana no están, y joder, ¡me convierto en un río de lágrimas seguidamente!


No hay comentarios:

Publicar un comentario